jueves, diciembre 07, 2006

ERIC EL DRAGÓN ROJO I


Erik, el dragón rojo


“Life is what happens to you while you’re busy making other plans”

(La vida es lo que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes)

John Lennon 1940-1980.

Capítulo I


-¡Cuéntanos un cuento abuelito!
-Está bien, pero debéis recordar siempre, que todos los cuentos han de terminar antes de las doce de la noche, porque de otro modo las criaturas que en ellos habitan y que se sacan a nuestro mundo no sabrán encontrar el camino de regreso a casa.
-Sí abuelito, ya lo sabemos, pero aun es temprano, ¡cuéntanos uno!
-Está bien, ¿cuál queréis?
-¡El de Erik el dragón rojo!
Así llegaba para Arthur Willemson el momento más esperado del día, cuando se quedaba a solas con sus nietos Arthur y Abbey, mientras les contaba una fantástica historia y saboreaba sus caras de asombro.
Arthur Willemson era un hombre mayor, que parecía más joven que lo que decían sus pocas arrugas, pero a quien sus experiencias vitales habían envejecido más de lo que decía su pasaporte.
Vivía con su mujer, Anna, en un viejo Cottage de la campiña inglesa, alejado unas tres millas de Tarporley, un pequeño pueblo cerca de Chester y no muy lejano a Liverpool.
El viejo Arthur solía ir al pueblo dos veces a la semana: una para comprar cualquier cosa que necesitara para su granja, y una segunda con Anna para entablar lo que ella llamaba relaciones públicas y que a él le desagradaba como pocas cosas en el mundo.
A Mr Willemson no le hacía gracia ninguna escuchar los chismes de nadie, y mucho menos ser el actor principal de uno de ellos. Bastante había soportado ya, pensaba, durante toda su vida, primero por esa extraña – según catalogaban los habitantes del pueblo- tradición familiar de casarse y bautizar a sus vástagos con nombres que comenzaran con la letra A…después de todo, los dos únicos miembros de la familia que no habían continuado esa tradición estaban solos y eran infelices, y segundo por haber sido el único superviviente de su grupo de patrulla en la defensa de Carentan, en la segunda guerra mundial. Esto había dado alimento para chismes durante muchos años: que si había firmado un pacto con el diablo, que si en realidad Arthur Willemson era otra persona, que si él había acabado con todos los nazis y con sus propios compañeros de armas y se los había comido a todos en una especie de holocausto caníbal…Pero lo cierto es que gracias a ese episodio de la vida de Mr Willemson, éste era respetado profundamente en el pueblo, y en muchas de las decisiones importantes que en la comarca se tomaban, su punto de vista era considerado, y a menudo tomado, como única opción. Esto, aunque él aun no lo sabía, le daría en el futuro un margen de maniobra y una baza que salvaría su futuro…y su pasado.
The Applegrave Hill era el curioso y macabro nombre de su granja, aunque no siempre se había llamado así. Antes de la gran guerra, el viejo caserón era conocido por The Appleyard Hill, por los siete hermosos manzanos que limitaban el estrecho camino de tierra que separaba la hacienda del pueblo. Entonces, el caserón era mayor, y tenía un inmenso granero donde su abuelo Adam, y luego su padre Albert, dejaban a los demás agricultores de la zona guardar sus cosechas y dejarlas secar a cambio de cosas que ni siquiera necesitaban, como abono natural del señor Dickinson o semillas de variopintas especies vegetales del vivero de la señora Parker. Pero lo que hacía realmente fascinante a la granja, era que la colina que nacía a sus pies estaba completamente horadada, y en sus cientos de pasajes y cuevas se habían desde cultivado champiñones hasta curado quesos y fermentado algo parecido a vino. Durante la segunda guerra mundial, los bombarderos de la Luftwaffe, en sus incursiones para hostigar Liverpool, tomaron por error el gran granero de The Appleyard Hill, como un supuesto hangar de aviones británicos, y lo bombardearon reduciéndolo a cenizas. Desgraciadamente, bajo sus suelos se encontraban decenas de habitantes de Tarporley que asustados por las alarmas antiaéreas, habían corrido a refugiarse en las cuevas y habían encontrado allí su fin, junto con Adam, el abuelo de Arthur, Albert, su padre, y Alice, su hermana menor. Arthur se había salvado gracias a que ese día acompañaba a Aretta, su madre, en un viaje a Londres que jamás olvidaría. Fue entonces cuando Arthur decidió alistarse en el ejército de su graciosa majestad, con la mente puesta en la venganza, sin saber que precisamente esa sería la decisión que le llevaría después a uno de los episodios más fantásticos y terribles de su vida; episodio en el que basaba cada una de las historias que les contaba a sus nietos. Desde aquel terrible día, el nombre del Cottage cambió para pasar a llamarse The Applegrave Hill – literalmente, la colina de la tumba de manzana.
Durante los largos meses de invierno, el señor Willemson compartía la hacienda con su mujer, con un viejo caballo percherón a quien sus nietos habían rebautizado como Hedgehog (erizo) y que, curiosamente, era el único nombre por el que atendía el animal, y con Daemon, que aun teniendo ese nombre, era el perro más pacífico y con menos agresividad que había visto en su vida. El día más esperado del año para la familia Willemson, era el cinco de junio, día en que los padres de Arthur y Abbey, llegaban con éstos a la granja para dejarlos durante el verano con sus abuelos. Se preparaban bien para esas fechas…engalanaban a Hedgehog, hacían pastas y galletas para un regimiento y hasta lavaban la manta y el cojín donde dormía Daemon, única cosa ésta que hacía desprender del enorme San Bernardo algo parecido a un gruñido de protesta.
Aquella tarde de julio, el abuelo había comenzado su enésima historia sobre Erik, el dragón rojo, sin darse cuenta de que sus nietos habían saboteado el reloj de la habitación. Los dos pequeños, Arthur, de diez años, y Abbey, de siete, siempre habían oído decir a su abuelo que si un cuento no se terminaba antes de las doce, los seres que en él habitaban, no encontrarían el camino a su mundo, y esto, que al principio les asustaba, ahora les creaba una terrible curiosidad, ya que, dejando volar su imaginación, soñaban con un enorme dragón rojo como compañero de juegos y mascota. Al viejo Arthur jamás se le pasó por la cabeza que sus nietos pudieran hacer algo así, y en cualquier caso, nunca se había planteado nada respecto a esa frase…era simplemente una coletilla, como el “y fueron felices por siempre jamás”. Los dos pequeños habían atrasado el reloj unas dos horas, y cuando su abuelo comenzó el relato, en el que se mezclaban enanos, dragones, Pesadillas y otros seres fantásticos eran casi las once menos cuarto. La segunda parte de su estratagema consistía en interrumpir a su abuelo constantemente, a sabiendas de que a éste le encantaban las preguntas curiosas de sus nietos, y que no tendría reparos en dar vueltas y vueltas hasta que se saciaran sus pequeñas mentes.
Para cuando su abuelo terminó el cuento, el reloj marcaba las once y media, y los dos nietos se miraron y sonrieron cómplices cuando Arthur les tapó con las sábanas y les dio un beso de buenas noches, conscientes de que habían logrado con éxito su objetivo.


David García Cerdán…to be continued

3 comentarios:

Anónimo dijo...

LIBRA

Hola David ! no puedes quedarte solo con esa frase. La vida es mucho más : de pequeño te enseñan a caminar ahí es donde comienza todo ( te caes,te levantas, p.q.tienes que seguir caminando, ries, lloras,pero sigues. Tienes que seguir aprendiendo a caminar con ilusión, con esfuerzo. En ese caminar aprendes y cada día tienes ilusión por aprender cosas nuevas, sueñas.En la vida hay que tener ilusiones, proyectos se cumplan ó no. ( es como una caja de sorpresas,sus cosas buenas y malas )
Lo que pasa es que vamos tan rápido por ella que sólo pensamos en uno mismo y nos olvidamos de vivirla y solo en los momentos difíciles es cuando nos paramos en ella.
( " CAMINANTE SE HACE CAMINO AL ANDAR " )

Ya te diré algo del cuento. Acabo de verlo. Habeís trabajado mucho estos días.
Sabes que te quiero. Besitos....

Anónimo dijo...

LIBRA

Hola David!! Perdóname mi crítica hacia John Lennon y hacia tí, claro p.q.se que es tu ídolo. Es mi humilde opinión, otros te dirán otra.
Quizás esa frase, quieres que se vea reflejada en el cuento ?

La verdad es que he tenido que leerlo varias veces,en el que he tenido varias sensaciones :
* Me vino a la cabeza las fotografías que me habias enseñado de tu casa en Inglaterra;aquella en la que estás en el jardín con unas botas en plena faena. Pensé,está ambientado en el campo y en esas ciudades que tanto le han gustado en el tiempo en él que has vivido allí.
* Seguía leyendo y mi mente va viajando de una época a otra.Quizás por los nombres de los personajes y como describes el entorno y sus vivencias.
* Creo que está bien escrito,la verdad, al principio se me hizo un poco raro y ahora que lo leo todos los días, me gusta, a pesar de que es un poco drama? de momento? algo de picardía en los niños ? pero engancha para ver como es el final. Seguro que sorprende.
* Quizás es una de las historias que a tí te gustan, entre otras ?
* Me he dado cuenta que los nombres que utilizas de los personajes con la letra A, también los pones en el relato de " En solo un segundo " .

Bueno, es mi comentario.Seguro que has tenido diferentes críticas.
Espero el siguiente capítulo,será interesante ?
Jolines,buf... como me ha quedado ésto. jeje !!!!

Un beso.

Anónimo dijo...

LIBRA

Hola !Hola ! David. Te noto un poco vago?. Tu madre está poniendo el pabellón muy alto! , así que ponte las pilas chicuelo. Je Je ...
Simplemente te digo esto, p.q. quiero desearte " FELIZ NAVIDAD " .
Todos los días en mis ratitos libres os leo y veo si alguna cosa nueva.
Bueno, que ya está bien de peloteo!!

Espero tu segundo capítulo.

Besitos......