Joderme- repite Micky saboreando la palabra .
Cuando la palabra salió de su boca, formando una nubecilla, por el frío, Micky se volvió para ver si le habían oído.
Tenía los pelillos de la nuca erizados, por la emoción del momento.
Joderme! Repitió una vez más, para reafirmarse.
Nadie! La calle vacía le devolvió aun más la confianza.
Se había atrevido a decirlo…¡ Joderme!.- repitió.
De repente las luces se encendieron y contempló como los espectadores le miraban serios, horrorizados, mientras los guardias de La Confederación se lo llevaban para arrojarlo al mundo exterior y desconocido que existía fuera, después de la gran conflagración
Después. El silencio