Como hace mucho tiempo que no escribo nada, solo recetas, es hora ya de que desempolve mas historias de mi niñez
Mi padre se vino a Extremadura recien acabada la carrera.
Se instalaron en un pueblecito pequeño llamado Torremayor, al ladito de Merida.
Alli tenia mi padre la consulta y atendia a los enfermos
Como en todos sitios.. unos enfermos se curan y otros no , evidentemente , y mas aún si son ancianos.
Eso mismo le ocurrio al recien estrenado doctor.
Con lo que no contaba el novatillo era con las costumbres que habia.
Aqui , y sobre todo en aquellos años oscuros de la posguerra , cada entierro era acompañado de lamentos , gritos y aspavientos. Cuantos mas gritos.... mas querian al muerto. A veces incluso pagaban a las plañideras.
Y el doctor.... madrileño.... creia que le echaban la culpa de la muerte.
¡Que mal rato debio pasar el pobre! , cuando `pasara el entierro por delante de su puerta y toda la parafernalia gritando
¡¡¡Ayyyyyyy. con lo bueno que era!!!!!!!!!
¡¡¡POrque te has tenido que morir!!!!!!!!!!!!! ( el buen señor tenia lo menos 90 años)
En fin ... despues de varios dias atemorizado... se tranquilizo despues de hablar con las fuerzas vivas del pueblo ( osea cura y maestros) que fueron los que le explicaron la tradicion
Os ha gustado??????
Espero que si
besitossssssssssssssss
1 comentario:
¡Me ha encantado la historia! Aún recuerdo cuando me explicaron de niña la costumbre de pagar plañideras y me preguntaba dónde harían tal cosa.
Me he reído al imaginarme al entierro pasando delante de la casa de tu padre... Qué cosas.
Por cierto, te he "pirateado" una receta y la he puesto en mi página porque me ha gustado mucho.
Besos
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