sábado, mayo 10, 2008

EL SOTANO DEL JUDÍO


En épocas muy remotas vivçia en una lóbrega casa de Cordoba un viejo y avaro judío, cuya unica preocupacion era reunir joyas y monedas de oro.

Deseoso de alamcenar todo lo que podía, vivía miserablemente y haciendo usura a costa de los más necesitados.

Tenía en su casa un sótano oscuro y profundo en donde guardaba de todas las miradas su fortuna y del que no tenia noticia más que su única hija, una doncella hermosísima que de vez en cuando entraba en el sótano a petición de su padre.

Cuenta le leyenda que una noche en que el judío queria llevar al sotano un tesoro recien conseguido, mando a su hija que lo hiciera.

la doncella encendio una vela y con el tesoro en la mano bajo las empinadas escaleras. Se disponia a subir cuando sonaron las campanadas de las doce

De repente se apago la vela y se cerro la puerta del sotano.

la muchacha empezo a pedir socorroSu padre que habia quedado arriba , bajo con un candil las escaleras para sacar de alli a su hija. Guiado por las voces de la chica trató de guiarse pero resulto inutil.

Durante toda la noche aterrado y nervioso recorrio una a una las galerias buscanbdo a su unica hija que le llamaba insistentemente.

Pero todo fue inutil

Ala mañana siguiente y pensando que era un castigo por su avaricia , dejo de buscar.

Pasaron dias y las lamentaciones seguian oyendose. desde la casa se hicieron miles de agujeros y nada.

El judio murio torturado de saberse responsable de lo que le habia ocurrido a su hija

pasaron siglos y el edificio lo compraron poara hacer una casa. Derribaron la antigua y buscaron palmo a palmo en el sotano y no encontraron nada.

pero... dicen que se escuchan aun de vez en cuando se escuchan los lamentos de la hermosa joven pidiendo auxilio.... y que aun... no se encontro nada.

fin

Os ha gustado?

besiñosssssss

1 comentario:

Jesús Máximo Esparza dijo...

Por dios que angustia me ha dado fedri, pobre doncella.
Es castigo a la avaricia.

Si pillo yo esa bodega o cueva, no te digo ná lo que haría jaja.
Besotes princesa.

Que ricas las patatas revolconas, se las comió mi hombre encantado.