Había una vez…
Si amigos había una vez un ciruelo pequeñito.
Había sido plantado de un hueso y a duras penas empezó a crecer.
Primero, y con gran esfuerzo pudo tener una hoja y más tarde, poco a poco, siguió,a esa hoja,una rama.
El tiempo fue pasando lentamente y el ciruelo creció
Pero él estaba solo. Era un ciruelo aislado en medio de un jardín, sin árboles, solo el
Como había crecido solo, no sabía como hacer para dar fruto
El quería dar hermosas ciruelas rojas, pero ¿como hacerlo?
Empezó a ponerse triste y las hojas se fueron cayendo de melancolía
Cuando ya creía que sería siempre un árbol inútil., la manita de Lucas tiró cerca una semilla de pera, que estaba comiendo y también tiraron sus amiguitos semillas de melocotones y de manzanas.
¿Qué pasaría? Pues poco a poco el jardín se fue llenando de pequeños árboles que iban creciendo alrededor del ciruelo y el árbol , que había perdido la esperanza de florecer se puso contento y renovó la savia.
A la primavera siguiente, cuando Lucas volvió con sus padres a ver a su abuela se encontró que el jardín estaba lleno de árboles con flores y en medio, orgulloso, estaba el ciruelo que al fin había florecido
1 comentario:
Escrito con una gran ternura... Ese Lucas tiene que estar orgulloso de su abuela, si señor.
Un placer haberme pasado por aquí amiga.
Abrazos.
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